El programa formativo “Red de Colaboración Internivel” del Centro de Liderazgo +Comunidad, promueve la mejora escolar a través de la puesta en práctica de la colaboración entre los sostenedores, directivos y docentes de los establecimientos partícipes de esta iniciativa. Aquí, te contamos sobre este programa que ya ha impulsado la creación de 16 redes educativas comunales.
Una de las líneas de acción del Centro de Liderazgo Educativo para la Mejora en Red + Comunidad, integrado por la Universidad de Concepción, la Universidad de Atacama, la Universidad Austral, Fundación Educacional Seminarium y Fundación Chile, es la formación innovadora para el desarrollo de capacidades de liderazgo a través del programa de formación Red de Colaboración Internivel (RCI).
El objetivo de este programa - que se implementará durante cuatro años- es conformar equipos internivel integrados por representantes del sostenedor, miembros del equipo directivo y docentes del establecimiento, que durante el proceso sean capaces de diseñar un proyecto de mejora educativa para beneficiar los aprendizajes de su comunidad escolar y el territorio donde se encuentran.
Para esto, 280 líderes educativos del país, con el acompañamiento de facilitadores, se reúnen con su equipo internivel cada quince días en encuentros virtuales para trabajar las temáticas que se proponen en los cuatro módulos de aprendizaje del programa: Colaboración y Trabajo en Red; Problemas de Práctica; Gestión del Cambio; Prototipo, Evaluación y Escalamiento. Además, se congregan una vez al mes con su red territorial para intercambiar experiencias, reflexiones y visiones en torno a las temáticas abordadas.
"Una de mis expectativas es que cuando finalice el trabajo de cuatro años del Centro de Liderazgo +Comunidad, el acercamiento con los docentes que hemos logrado como Servicio Local permanezca".
"Somos seres colaborativos que viven en sociedad y tenemos que esperar lo mejor del otro. Como líder educativo tienes que partir confiando en que tu equipo va a hacer lo que tiene que hacer para lograr el aprendizaje de los estudiantes".
Aprender a colaborar
El énfasis de estas instancias ha sido la práctica de la colaboración, valorada especialmente en tiempos de crisis sanitaria: "La práctica de colaborar ha sido fundamental para mantener el vínculo con cada estudiante, recrear el aprendizaje en ambiente híbridos, generar material pedagógico e innovar, superar el aislamiento profesional y aprender en conjunto. Los equipos internivel están profundizando esta capacidad a través de su experiencia práctica, conociéndose, vivenciando el valor de la confianza relacional, validando el diálogo horizontal entre actores de distintos niveles del sistema, avanzando desde la coordinación de acciones a la creación y accionar conjunto. En resumen, aprender a colaborar colaborando", señala Nadiezhda Yáñez, Coordinadora de Liderazgo Educativo de Aprendizaje para el Futuro de Fundación Chile.
¿Qué reflexiones tienen los equipos internivel sobre este proceso? Para ahondar en esto conversamos con Astrid Galdames, profesional de acompañamiento del Servicio Local de Educación Gabriela Mistral, y con José Manuel Vergara, director de la Escuela Carlos Condell de Estación Central.
- ¿Cómo ha sido la experiencia de ser parte de una RCI?
Astrid: En cada reunión vemos teoría o conceptualización y siempre tenemos una actividad práctica sobre lo que está pasando en la escuela, por ejemplo, visualizar los diferentes tipos de colaboración que se dan en el establecimiento. Con el equipo internivel hemos podido reconocer en qué etapa de la colaboración está la escuela y hemos tenido que realizar algunas tareas en los consejos de profesores para visualizar con toda la comunidad aspectos del ámbito de la colaboración. Además, las temáticas que hemos ido abordando han sido muy pertinentes para la mejora escolar, siempre con una mirada en el buen aprendizaje para beneficiar a los estudiantes. Por otro lado, hemos podido conocer la realidad de otras escuelas, conversar e intercambiar experiencias.
José Manuel: Es muy bueno ver y observar cómo trabajan otras escuelas. Valoro mucho el trabajo de las redes, porque una de las características de las escuelas es abrirse a la comunidad, una escuela no puede trabajar a puertas cerradas. En los encuentros territoriales las escuelas exponemos sobre lo que hemos venido trabajando para la mejora escolar y esto puede ser replicado por otra comunidad desde su cultura. Por otro lado, creo que en algún momento podremos compartir prácticas pedagógicas de asignaturas y más adelante tal vez hasta podamos compartir la forma de planificar, la forma de elaborar pruebas o guías, e incluso la forma de observar y de retroalimentar a los estudiantes.
- ¿Cuál es el valor de la colaboración entre los líderes educativos para lograr un buen aprendizaje?
Astrid: Si los líderes educativos están conscientes de que son líderes educativos y que su rol es pedagógico, es decir, que su primera preocupación debe ser el logro de aprendizajes en sus estudiantes, pueden generar un real trabajo colaborativo en sus comunidades educativas. Si son conscientes de eso, impactarán en el aprendizaje de los estudiantes porque esto es un efecto en cadena: los directivos lideran a la comunidad y a sus profesores; los profesores lideran en la sala de clases y así se logra el buen aprendizaje.
José Manuel: Creo que el trabajo en las escuelas tiene que 100% colaborativo. Una escuela no es buena ni tiene buenos resultados porque el director o el equipo directivo sean buenos, o porque tiene dos profesores excepcionales, sino que los buenos resultados se obtienen en la medida en que todos compartan. Por ejemplo: un profesor de asignatura hace la misma planificación para tres cursos, pero con un curso le resulta extraordinariamente bien y con otros no. La posibilidad de contactarte con el colega o la jefa técnica que saben cómo son esos cursos y lo que resultará con cada grupo, beneficiará el aprendizaje de los estudiantes. La colaboración es importante porque nos hace poner en el centro a los estudiantes e innovar para buscar lo mejor para ellos y sus familias. En este contexto de pandemia se ha hecho más presente que nunca el valor de la colaboración y del liderazgo distribuido en donde las soluciones han venido de parte de los profesores, que han impulsado tremendas iniciativas para sacar adelante el proceso educativo.
- ¿Qué aprendizajes han adquirido participando en el programa RCI?
Astrid: Para mí, un aprendizaje es que es importante que como Servicio Local de Educación podamos acercarnos más a la comunidad docente de las escuelas. Al Servicio Local en donde trabajo le tocó comenzar sus funciones en pandemia, por lo que nos cuesta un poco llegar a los profesores. Pero gracias a la RCI hemos podido acercarnos a dos profesoras que integran mi equipo internivel, y he valorado el conocer desde la fuente directa cómo está la escuela. Esto es un aprendizaje para todo el Servicio Local, no solo mío, ya que junto a mis colegas conversamos y reflexionamos en torno a esto.
José Manuel: Hemos compartido muchos puntos de vista, además hemos profundizado a través de la lectura de distintos autores sobre el valor de la colaboración. Esto nos ha servido para detectar algunos elementos que nos faltaban dentro de la escuela para crecer en este ámbito. Estoy muy de acuerdo con lo que nos han transmitido en los encuentros, respecto de que las comunidades educativas son comunidades que aprenden, eso va muy de la mano con el desarrollo profesional docente en la línea de fortalecer académicamente y en prácticas a los profesores y directivos.
Tanto Astrid como José Manuel tienen grandes expectativas de lo que puedan lograr participando en la Red de Colaboración Internivel. Ambos esperan adquirir herramientas para fortalecer los equipos de coordinación por ciclo y asignaturas de sus respectivos establecimientos y seguir colaborando entre ellos sin distinciones jerárquicas, viviendo un verdadero liderazgo distribuido, abierto a abordar los desafíos de la sociedad actual.