A diario, empleamos aplicaciones desde el celular o el computador que se basan en Inteligencia Artificial (IA), sin embargo, no siempre somos conscientes de cuándo y cómo está presente esta tecnología en nuestras vidas. Ha sido tan rápido su desarrollo y avance durante los últimos meses, que ya se está ocupando en algunas universidades y en establecimientos educativos. ¿Cuáles son sus usos actuales y los que se vislumbran a corto y mediano plazo? Esas preguntas son las que se responden en el siguiente artículo que te invitamos a leer.
En 1992 el Ministerio de Educación creó el programa piloto Enlaces, que nació con doce escuelas en Santiago y luego se extendió a la Región de La Araucanía, abarcando a cien establecimientos. Con el objetivo de constituir una red educacional nacional entre todas las escuelas y liceos subvencionados, se incorporaron nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) a la educación (Pablo Toro, 2010).
Esos eran los primeros pasos de las TIC en las escuelas y liceos de Chile, una época en la que aún no se atisbaba la llegada de la Inteligencia Artificial (IA), una tecnología que es capaz de simular procesos de inteligencia humana basándode en algoritmos y que hoy, nos sorprende a través de sus diversas aplicaciones. La más popular es el Chat GPT, un sistema que ha sido entrenado para mantener conversaciones y que permite crear resúmenes de textos e, incluso, en su versión más reciente, hacer páginas web.
Cristóbal Cobo, especialista chileno Senior en Políticas de Educación y Tecnología, menciona que: “Lo más interesante es que la inteligencia artificial va a dejar de ser una aplicación, y va a estar presente en la gran mayoría de las tecnologías educativas, y ahí es donde hay un cambio de paradigma”. Para él, este tipo de avances son positivos, siempre y cuando exista una comprensión sobre la base del funcionamiento de estas tecnologías.
Y es que los algoritmos que están detrás de la IA son programados por seres humanos, de ahí la importancia de que docentes y estudiantes reflexionen de manera crítica acerca de las soluciones que plantea esta tecnología y cómo se debe administrar de manera creativa pero por sobre todo, ética.
¿Cómo utilizar la IA?
Para sumergirnos en esta experiencia conversamos con Lionel Brossi, Co-Director Núcleo Inteligencia Artificial y Sociedad, Facultad de Comunicación e Imagen, Universidad de Chile.
El especialista señala que esta puede ser instrumento muy poderoso que ayude a planificar clases, generar actividades pedagógicas creativas que promuevan las capacidades críticas de las y los estudiantes. Esto no implica que la IA reemplace al cuerpo docente, ya que es fundamental que en su uso el humano siga siendo el foco, ya que estos sistemas muchas veces pueden tener sesgos y por ende los resultados que arroja podrían perpetuar formas de discriminación y exclusión.
Por otra parte, destaca que los sistemas basados en la IA pueden tener numerosas aplicaciones en el ámbito de la educación, desde temas relacionados con la gestión hasta aquellos relacionados con los procesos de enseñanza y aprendizaje. Asimismo, pueden cumplir un rol en las estrategias para el cuidado de la salud mental de estudiantes y de la comunidad escolar en general.
Como con toda tecnología, es necesario hacer uso de nuestras capacidades críticas y evaluativas para evitar posibles errores o información de baja calidad. También, es importante detenerse en los asuntos éticos, de privacidad y seguridad, entendiendo que los sistemas de IAG (Inteligencia Artificial Generativa) utilizan nuestros datos a partir de las interacciones con el sistema
- ¿Cuál es el beneficio que entrega a la formación de niñas, niños y jóvenes?
Por ejemplo, personalizar el recorrido educativo según las capacidades, intereses y preferencias, estilos de aprendizaje de las y los estudiantes será algo que marcará una gran diferencia con respecto a los modelos educativos que conocemos. Para que este tipo de tecnologías tenga un impacto positivo, es necesario diseñar estrategias de uso, para que no se trate de un simple copiar-pegar, sino que les ayude a potenciar áreas donde necesitan aprender, desarrollar el pensamiento crítico y habilidades en diferentes ámbitos. Adicionalmente, esta misma personalización puede facilitar el acceso a contenidos diseñados especialmente para estudiantes que tengan dificultades, ya sea por situación de discapacidad física o cognitiva.
Lionel destaca que la formación de educadores en relación con la alfabetización digital y las tecnologías emergentes, es crucial para abordar críticamente las prácticas juveniles en la esfera digital, y cómo el avance tecnológico puede impactar a sujetos y comunidades.
Experiencia en la escuela
Ricardo Román, director del Colegio Alberto Blest Gana de la comuna de San Ramón, relata que lleva diez años introduciendo tecnologías para el aprendizaje, como robótica y programación. En este escenario, crearon la asignatura de creatividad digital, para desarrollar esta habilidad por medio de la tecnología. En este espacio, las y los estudiantes aprenden a hacer proyectos que tengan que ver con sus intereses, y a descubrir qué se puede resolver y qué habilidades se desarrollan con este tipo de herramientas.
Para el director, el uso de la IA debe estar asociado a una asignatura, pues la preocupación es que esta sea utilizada para aprender. Lo que no es opción, es no usarlas, destaca. La clave es que se empleen de manera ética, proponiendo cómo los niños siguen aprendiendo a pesar de que existen estas herramientas.
En el Colegio Blest Gana, sacan partido de distintas aplicaciones, como Lab4U, que transforma el celular en un laboratorio científico, con el que se pueden hacer experimentos de física, química y biología. También, Machine Learning que se puede conectar con Scratch y generar experiencias en ciencias, como reconocer el grupo sanguíneo de una persona. Incluso, han creado un FabLab, que es un laboratorio de fabricación digital, donde se diseñan objetos en el computador y se pueden materializar con impresoras 3D y cortadora láser.
“Estamos introduciendo GPT al aula, aplicación que contesta todas las cosas. El desafío es plantear qué se puede y qué se debe aprender a partir de estas herramientas y cómo los estudiantes pueden ser creativos y aprender a aprender”, nos comenta el director.
Para nosotros el foco es crear una escuela donde exista un ambiente seguro y afectuoso. En un colegio que tiene el 85% de vulnerabilidad, es imprescindible fomentar la confianza de cada estudiante, que crean en sí mismos y en las oportunidades para su futuro, y que es posible que lleguen lejos
- ¿Cómo nace la idea de usar tecnología e IA en el aula?
Parte por comprender que, niñas, niños y jóvenes, hoy son más sensibles a la tecnología, y que van a vivir sí o sí rodeados de esta. Como establecimiento educativo tenemos la misión de desarrollar sus habilidades en el uso creativo, que no sean usuarios pasivos, sino personas que usan herramientas para generar obras de valor en el mundo.
- ¿Cuál es el beneficio en la formación de las y los estudiantes?
Las tecnologías están hechas para trabajar en colaboración con otros, esta es una habilidad sumamente importante. Por otra parte, tienen el desafío de ser más creativos que estas, fortaleciendo su pensamiento crítico. Al mismo tiempo, es una forma de dinamizar y acelerar los aprendizajes, ya que es muy común que se aburran de estar en la escuela, y hacer dinámicas de renovación constante y creación, hace un colegio más amigable y motivante para los estudiantes.
