Iniciando un nuevo año escolar, conversamos con docentes para conocer su mirada respecto de cuáles son los principales desafíos educativos de este 2023, cómo los abordarán desde el aula junto a sus comunidades educativas y los apoyos que se requieren para cumplirlos.
¿Sabías que una de las consecuencias que dejó la pandemia en Chile fue la desvinculación del sistema escolar de 50.529 estudiantes y la inasistencia grave de 1,2 millones de estudiantes? Las causas son variadas: miedo al contagio de Covid-19, rechazo al sistema escolar por situaciones de bullying o ambientes violentos, falta de valoración hacia la escuela, entre otras.
La pérdida de aprendizaje en el lenguaje y en la lectura también son efectos de este último periodo: el Informe de Resultados del primer semestre 2022 de la Encuesta Nacional de Monitoreo de Establecimientos Escolares en Pandemia, daba cuenta que el 82% de directores y directoras afirmaba que los niveles de lectura y lenguaje de sus estudiantes estaban peores que en el 2019.
Bajo este escenario, el Ministerio de Educación presentó en enero de este año las principales medidas del Plan de Reactivación Educativa en tres ámbitos clave, que tienen relación con lo anteriormente mencionado: la asistencia y revinculación de los estudiantes excluidos del sistema; el fortalecimiento de aprendizajes y condiciones para la enseñanza; y la convivencia y salud mental. Como cuarta medida, se anunció la creación de un Consejo para la Reactivación Educativa, que brindará recomendaciones para enriquecer el plan.
Al mismo tiempo que se presentan estos desafíos, la UNESCO señala que a nivel mundial necesitamos un nuevo contrato social para una educación que repare las injusticias, a la vez que transforme el futuro, que se base en los derechos humanos y en los principios de no discriminación, justicia social, respeto a la vida, dignidad humana y diversidad cultural.
En educarchile quisimos conocer de cerca los puntos de vista docentes y las acciones que están pensando implementar las y los profesores junto a sus comunidades, para contribuir a resolver los retos que trae la educación este 2023.
Construir una nueva normalidad
Sofía Follegati, profesora de Educación Física en el colegio The British School de Punta Arenas, reconoce como el principal desafío de la educación chilena, construir en conjunto una nueva normalidad. A su juicio, el 2022 fue un año de transición por temas de pandemia, pero también de muchos cambios, hitos y transformaciones sociales alrededor del mundo. “Creo que el intento de volver a la normalidad es un esfuerzo inútil y hay que avanzar hacia construir y pensar una (realidad) nueva, con nuevos problemas, necesidades, objetivos, desafíos y metodologías”, dice.
Para avanzar hacia esta nueva realidad propone realizar un proceso de reflexión conjunta entre todos los actores que rodean una comunidad educativa, incluyendo también los agentes políticos. “Desde todas las áreas educativas es importante entender los hechos pasados y el desenlace que llevó a vivir este presente y así llegar a través de la reflexión, la conversación y el debate hacia estas nuevas metas y formas. Hay que conocer los nuevos intereses, analizar los contextos y hacer una constante evaluación sobre los cambios y sus resultados”, sostiene.
Al consultarle sobre qué apoyos de la comunidad educativa o del sistema se necesitan para abordar ese desafío, responde que se precisa que el sistema educativo, tanto a nivel general como a nivel de establecimientos, genere los espacios adecuados para esta reflexión y evaluación de las condiciones y los cambios. “Que se generen discusiones en torno al currículum y la pertinencia de este en la nueva realidad que se está viviendo, que se eleven datos tanto del proceso como de los resultados de la implementación de los cambios que se están proponiendo para tener evidencia de los resultados”, afirma.
Proyectos educativos pertinentes
Ramón Neyra, profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales en el Colegio Rubén Castro de Viña del Mar, reconoce que recuperar aprendizajes tras la pandemia es un imperativo, lo que va de la mano con actualizar y conciliar los proyectos educativos de cada establecimiento con las exigencias del mundo contemporáneo.
"Tanto la realidad nacional como internacional supone diversos desafíos para adultos, jóvenes, niñas y niños, y en este sentido en la etapa escolar debemos proveer a nuestros alumnos con las herramientas necesarias que les permita adaptarse al medio con autonomía, responsabilidad, reflexión y plenitud".
Es por esto que, para Rocío Cerda, docente General Básica del colegio Nuestra Señora de Andacollo de Santiago, “es trascendental lograr que este 2023 los estudiantes se motiven en el proceso educativo, desarrollando las potencialidades propias de cada uno de ellos”. En ese sentido, propone que las y los docentes generen un plan de acción en donde los estudiantes encuentren un motivo por el cual es importante aprender y adquirir las competencias mínimas de los objetivos de cada asignatura.
En suma, que se generen espacios de aprendizaje provechosos para las y los estudiantes problematizando lo cotidiano desde las diversas asignaturas, que integren las motivaciones e intereses del estudiantado a los objetivos curriculares.
En esa misma línea, Bárbara Tapia, docente de Historia, Geografía y Ciencias Sociales en la Escuela Gregorio Castillo Marín de Vallenar, indica que es esencial “lograr que los estudiantes adquieran conocimiento significativo a través de las experiencias exitosas en terreno”, que les permitan una observación directa, realizar trabajo en equipo, y desarrollar el pensamiento crítico para entender su rol protagónico dentro de una sociedad en permanente cambio.
Claves para cumplir los desafíos
Para estos tres docentes las claves para cumplir los desafíos están en el diálogo, la flexibilidad y el ánimo de colaborar. Rocío añade que otro elemento central es que directivos(as) y docentes se atrevan a generar cambios significativos en el sistema educativo, en donde las y los estudiantes se sientan protagonistas de sus aprendizajes y los docentes mediadores de este proceso. Con relación a esto, Bárbara indica que se requiere un mayor trabajo articulado entre sostenedores, directivos(as) y docentes, al igual que articularse con redes de apoyo externas al establecimiento.
¿Y tú, compartes estos desafíos?, para ti, ¿cuáles son los más relevantes y las claves para cumplirlos?
