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En cuarto básico se propuso realizar los dias viernes una colación compartida saludable con todo el curso. En mayo se conversó con los apoderados, en una de las reuniones de centro, para saber si les gustaba la idea y si participarían. La respuesta fue positiva. Según el acuerdo, todos los viernes que restaban del año escolar se realizaría la colación compartida saludable en los dos recreos que teníamos en la jornada de ese dia.
El compromiso de los padres era enviar los viernes solamente frutas, verduras, frutos secos y otros (como: queso, huevos, yogurt), además de una botella de agua. Los estudiantes colarian solamente los productos enviados desde el hogar, que estaban dispuestos como bufet en una sector de la sala de clases.
La misión de los estudiantes era recordar en el hogar este compromiso, para que todos los viernes, todos disfrutáramos de una colación saludable.
La medida fue todo un éxito, aunque cabe decir que, algunas veces, al principio, había poco que compartir, ya que no todos los niños se acordaban de llevar la colación requerida. Pero esta situación de olvido inicial fue mejorando progresivamente, lográndose que, finalmente, todos los niños, padres y apoderados honraran el compromiso tomado a comienzo de año. Así, los niños pudieron colar saludablemente, hasta el ultimo viernes del año escolar. Esto no sólo permitió mejorar sus hábitos alimenticios, sino especialmente comprometerlos en una actividad colaborativa de largo alcance, que sirvió para desarrollar su sentido de la responsabilidad y el respeto por los intereses colectivos (del grupo curso).
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