Con una propuesta que apunta a los estudiantes, pero también a sus familias, las escuelas municipales de Lo Prado buscan abordar el desafío de la alimentación saludable y reducir el consumo de colaciones altas en calorías y grasas.
“¿Qué recuerdan de la clase pasada sobre alimentos envasados con sellos negros?”, pregunta a viva voz la nutricionista Marcela Ñunque en la sala del quinto básico del Liceo Profesora Gladys Valenzuela de Lo Prado. Sentada en la segunda mesa junto a la ventana, la estudiante Tamara Oyarce, levanta la mano.
Sus 44 compañeros también saben sobre estos temas. El último trimestre, han participado en los talleres guiados por Marcela Ñunque y el técnico deportivo Emerson Lanchipa, quien cada martes los invita a salir de su sala para practicar actividad física en el patio. Así, han aprendido hábitos saludables de alimentación, higiene en salud oral, y los efectos positivos de romper con el sedentarismo.
Estas actividades se enmarcan en el Taller de Alimentación Saludable y Actividad Física del programa TresA implementado en once establecimientos públicos de la comuna de Lo Prado.
“Nos ayudan a controlar lo que debemos comer para no estar obesos y evitar enfermedades. Antes traía de colación más chatarra, ahora traigo leche y galletas soda sin tantos sellos”, comenta Tamara Oyarce.
Coordinación intersectorial
El programa TresA nació en 2011, y su objetivo es dar respuesta a las problemáticas que presentan los alumnos de la comuna de Lo Prado, mediante talleres trimestrales de Autocuidado y Entorno Social; Afectividad y Sexualidad; y Alimentación y Actividad Física. Estos, son impartidos por un equipo multidisciplinario compuesto por matronas, nutricionistas, técnicos deportivos, psicólogos y asistentes sociales, quienes además brindan atención personalizada en los box de la Sala de Salud, un innovador espacio presente en nueve establecimientos..
Desde 2015 el programa está integrado al currículum escolar. Chertier Ponce, coordinadora del TresA, explica que los talleres se evalúan como una asignatura en los niveles que consideran Jornada Escolar Completa (tercero básico a cuarto medio), “con una nota acumulativa que a fin del trimestre se va a otro ramo. Por ejemplo, la nota de Afectividad y Sexualidad se va a ciencias, e influye en ese promedio”, precisa.
El alcalde de Lo Prado, Maximiliano Ríos, señala que su implementación ha sido posible gracias al apoyo de diversas instituciones como el Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación y la propia municipalidad: “Los recursos provienen de la Subvención Escolar Preferencial, del Programa Integración Escolar, y del Programa Habilidades para la Vida, es decir, confluyen todas las fuentes de financiamiento en función de la alimentación saludable, y los otros ejes”, apunta el edil.
Radiografía
De acuerdo con datos publicados en el séptimo volumen del estudio Chile Saludable elaborado por Fundación Chile, el 64% de los niños entre los 8 y 14 años dice elegir sus colaciones (tipos y marcas). Sin embargo, en relación a su alimentación y a la implementación de la ley 20.606 –más conocida como ley del de etiquetado-, se indica que un 87% de los niños la conoce, pero tres de cada cuatro declaran no tomarla en cuenta a la hora de elegir lo que van a consumir.
En el mismo estudio, al consultar por la comida favorita de los niños, la primera opción que manifiestan son los tallarines (21%), seguida por las hamburguesas y vienesas (10 %), y el pollo y los nuggets (9%).
¿Cómo instaurar entonces una cultura de alimentación saludable en los establecimientos? Para Chertier Ponce, la clave está en involucrar a la comunidad educativa.
Comunidad escolar
Chertier Ponce recuerda que cuando comenzó a regir la Ley de Etiquetado en 2017, algunos apoderados no estaban muy contentos. Generalmente, para recaudar fondos organizaban completadas y ventas de comida chatarra, y ahora no podían hacerlo. En el TresA descubrieron que para obtener mejores resultados, debían incorporar a los padres.
“Este año capacitamos a 30 miembros de Centros de Padres y Apoderados en la preparación de alimentos saludables. Aprendieron a cocinar hamburguesas de pescado, ceviche de cochayuyo y otros platos. Asimismo, organizamos el 1° concurso comunal Recetas de Familia, en donde los padres depositaban en un buzón de la escuela sus recetas saludables. Las 25 mejores se publicaron en un libro que hoy estamos distribuyendo en la comunidad educativa”, detalla la coordinadora.
Patricia Muñoz, Coordinadora del TresA, recalca que los docentes también juegan un rol preponderante. “Los profesores son fundamentales. En el aula lo ideal es estar siempre con ellos, porque estudiaron didáctica y son expertos en metodología. Nosotros ponemos el conocimiento específico, por eso el trabajo es interdisciplinario”, enfatiza. Por otra parte, asegura que son la primera entrada cuando un estudiante se ve afectado por una situación particular, ya que pueden observar cambios en sus resultados académicos o estados anímicos.
Sumar a todos los actores y la colaboración parece ser la clave del éxito. Un esfuerzo común que busca mejorar la calidad de vida de los niños y niñas de Lo Prado.